un buen llanto
“Yo me puse a llorar…” (Apocalipsis 5:4).
San Juan derramó mucha lágrima al no encontrar quien fuera digno de
abrir el rollo celestial (Ap 5:3-4). Ese rollo revelaba la voluntad de Dios, o
la única manera de resolver los problemas del mundo. Juan lloró porque
el mundo quedaría sumido en sus problemas sin esperanza. Jesús
también derramó muchas lágrimas en el pasaje del Evangelio de hoy (Lc
19:41). Lloró sobre Jerusalén porque a la ciudad se le mostró el camino
hacia la paz, pero ella se negó a seguir ese camino (Lc 19:42) y su
rebelión le sería mortal (Lc 19:43-44).
Es bueno llorar por quienes se obstinan y bloquean la voluntad de Dios.
Esta es una tristeza divina, y produce arrepentimiento sin remordimiento,
mientras que “la tristeza del mundo produce la muerte” (2 Co 7:10). El
duelo y la tristeza piadosos pueden incluso traer protección divina;
aquellos que lloraron los pecados de Jerusalén fueron perdonados
durante su destrucción (Ez 9:4-6). Jesús llama “bendito” a este duelo
piadoso (ver Mt 5:4). Lloramos cuando la voluntad de Dios se impide,
aunque oremos y trabajemos para que se haga su voluntad en esta tierra
(Sal 126:5-6).
Hoy es la fiesta patronal de Ministerios de Presentación: la
Presentación de María en el Templo. María creció hasta convertirse en la
Madre Dolorosa, llorando mucha lágrima en dolor santo. Su vida de luto,
tristeza y victoria es prueba de que nuestras lágrimas piadosas no son en
vano. Jesús habló a las mujeres que lloraban en Jerusalén (Lc 23:27ss).
También da palabras de consuelo a los que lloran para que se haga la
voluntad de Dios. Un día, Jesús enjugará toda lágrima de los ojos de los
que lloran, y allí no habrá más luto (Ap 21:4) Dios ve y aprecia cada
lágrima tuya (Sal 56:9).
Oración: Padre, elijo ofrecerte mis penas en lugar de ahogarlas en distracciones mundanas.
Promesa: “Porque el Señor tiene predilección por su pueblo y corona con el triunfo a los humildes” (Sal 149:4).
Alabanza: “Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen” (Lc 1:50).
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: Según el Código de Derecho Canónico, se otorga el Nihil Obstat (no existe impedimento para publicar) a Un Pan, Un Cuerpo por el periodo 1 de octubre al 30 de noviembre de 2024. Otorgado el 3 de abril de 2024. Reverendo Steve J. Angi, Canciller y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, Ohio
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.