San Felipe siguió a Jesús durante años sin llegar a conocerlo plenamente. Cuando Jesús probó la fe de Felipe antes de multiplicar los panes y los peces, Felipe no pasó la prueba (Jn 6:6ss). Cuando algunos griegos quisieron ver a Jesús (Jn 12:21), Felipe no les dijo que vinieran a ver a Jesús, como le había dicho con anterioridad a san Natanael (Jn 1:45-46). En cambio, Felipe fue a decírselo a san Andrés, como si Felipe hubiera perdido la confianza en cómo llevar a alguien a Jesús (Jn 12:22).

   Felipe necesitaba crecer en la fe. Sin embargo, en su debilidad, el poder de Dios alcanzó la perfección (2 Co 12:9). Dios le dio su poder a Felipe en el primer Pentecostés cristiano. Después del Pentecostés, Felipe era una persona nueva. Se convirtió en un gran líder de la Iglesia primitiva, uno de los primeros misioneros y un mártir por amor a Jesús.

   Todos somos como Felipe. Somos "carne débil vendida a la esclavitud del pecado" (Rom 7:14). Sin embargo, también somos como Felipe en el sentido de que estamos llamados a vivir como nuevas creaciones a través de un nuevo Pentecostés. El Espíritu Santo nos confirma, es decir, nos fortalece. De esa manera, el poder de Dios alcanza la perfección en nuestra debilidad. Jesús prometió que nosotros, los débiles, recibiremos la fuerza del Espíritu Santo cuando descienda sobre nosotros (Hch 1:8). ¡Poder del Espíritu Santo, ven a los débiles!

Rescripto:  Según el Código de Derecho Canónico, se otorga el Nihil Obstat (no existe impedimento para publicar) a Un Pan, Un Cuerpo por el periodo 1 de abril de 2025 al 31 de mayo de 2025. Otorgado el 27 de noviembre de 2024. Reverendo Steve J. Angi, Canciller y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, Ohio

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.