las buenas noticias desde la tumba
"Por el bautismo fuimos sepultados con Él en la muerte" (Romanos 6:4; véase también Colosenses 2:12).
La única cosa que sabemos que Jesús hizo mientras estaba sepultado es que "fue a hacer su anuncio a los espíritus que estaban prisioneros" (1 Pe 3:19). "La Buena Noticia ha sido anunciada a los muertos, para que ellos, después de haber sido juzgados en la carne conforme a su condición humana, vivan por el Espíritu con la vida de Dios" (1 Pe 4:6). Al comienzo de su ministerio público, Jesús dijo que lo que Él había "venido a hacer" era a "proclamar la buena noticia" (Mc 1:38). Incluso después de su muerte, cuando su cuerpo estaba en la tumba, en el Espíritu Jesús proclamó la buena nueva a los muertos. Si hemos de vivir nuestro Bautismo y compartir plenamente a Jesús, incluyendo su sepultura, debemos proclamar la buena noticia y "con paciencia incansable" (2 Tim 4:2) "insiste con ocasión o sin ella" (2 Tim 4:2).
¿Qué quiere el Señor que hagamos el sábado Santo? ¿Debemos ir de compras, a trabajar o ver televisión? Vayamos a evangelizar a los "muertos vivientes" (1 Jn 3:14) y demos testimonio de las buenas nuevas de Jesucristo (Hch 1:8).
Oración: Padre, oblígame por amor (2 Co 5:14; 1 Co 9:16) a guiar a tantas personas como sea posible a una vida nueva en Jesús (ver 1 Co 9:19).
Promesa: (Ninguna)
Alabanza: (Ninguna)
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de noviembre de 2015.
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