“ahora veo” (jn 9:25)
“Porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos” (Lucas 2:30-31).
Los Padres de la Iglesia imaginaron a Adán y Eva, a través de las personas de Simeón y Ana, viendo la derrota de su rebelión anterior. Adán y Eva pudieron haber dicho junto a Simeón: “Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido” (Lc 2:29 ss). Ellos vieron el cumplimiento de la promesa de Dios de victoria sobre el mal en el Niño Jesús (ver Gn 3:15). Dios permitió que Simeón y Ana vieran la promesa, así como también permitió que Moisés viera la Tierra Prometida y deleitara sus ojos con ella. (ver Dt 34:4). Así, otros “murieron en la fe, sin alcanzar el cumplimiento de las promesas: las vieron y las saludaron de lejos” (Heb 11:13).
Dios nos deja vislumbrar el futuro celestial en la fiesta de hoy de la Presentación de Jesús. Puede que no vivamos para ver que todas nuestras esperanzas se hagan realidad, pero Dios en Su misericordia nos permite “deleitarnos los ojos” con la promesa y echarle un vistazo. Tenemos el privilegio de ver a Jesús en la Palabra, la Eucaristía y el Sacramento. Nosotros también podemos ver la Luz a las Naciones y la Gloria de Israel (ver Lc 2:32).
Moisés, Simeón, Ana y los santos héroes de la fe fueron lo mejor del fiel pueblo Israel. Asimismo, Dios nos deja ver una Luz de la revelación, una señal que será para nuestro “ascenso”, el ascenso de muchos (Lc 2:34). Al ver la Eucaristía, leer el Nuevo Testamento y vivir en la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, no solo cumplimos la esperanza de Simeón y Ana, sino que la superamos con creces. Alegrémonos en todo lo que el Señor nos permite ver.
Oración: Padre, deleitaré mis ojos en aquello que Te glorifica, en lugar de en las cosas mundanas, “la codicia de los ojos” (1 Jn 2:16).
Promesa: “Y por haber experimentado personalmente la prueba y el sufrimiento, Él [Jesús] puede ayudar a aquellos que están sometidos a la prueba” (Heb 2:18).
Alabanza: “Señor, nuestro Dios, ¡qué admirable es tu Nombre en toda la tierra!” (Sal 8:2)
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: Según el Código de Derecho Canónico, se otorga el Nihil Obstat (no existe impedimento para publicar) a Un Pan, Un Cuerpo por el periodo 1 de febrero de 2025 al 31 de marzo de 2025. Otorgado el 7 de agosto de 2024. Reverendo Steve J. Angi, Canciller y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.