descansar con el yugo en los hombros
“Carguen sobre ustedes Mi yugo y aprendan de Mí” (Mateo 11:29).
Porque Dios nunca se cansa (Is 40:28), y porque le pertenecemos a Él (Rom 14:7-8) y habitamos en Él (Jn 15:4), su palabra nos asegura que nunca llegaremos a desanimarnos cuando hagamos su voluntad (Is 40:29-31). Dios nos da la fortaleza para que podamos soportar la carga que nos ha sido encomendada, la cual es su yugo (Mt 11:29). La fuerza que necesitamos y todo lo que podamos necesitar vendrá si hacemos su voluntad.
Jesús vino a quitarnos el yugo opresor de nuestros pecados, que nos agobia y nos abruma con su peso. Él cambia ese yugo de pecado por otro yugo suyo, un yugo que Él llama “mi carga” (Mt 11:30). Jesús comparte su yugo con nosotros e incluso llama a nuestra carga “Su carga”. Así podemos “hallar descanso” al soportar la carga de este yugo acercándonos a Jesús, que está justo a nuestro lado tirando del mismo yugo. No podemos distanciarnos físicamente de Él, pues está tirando del mismo yugo que nosotros, a nuestro lado. Sin embargo, como muchas parejas casadas experimentan, alguien puede estar físicamente junto a ti, pero se siente que está a una distancia de millones de millas. En consecuencia, hallamos descanso cuando buscamos la presencia de Jesús y nos dirigimos a Él con humildad, gratitud y toda nuestra atención.
Tenemos que tomar una decisión a la hora de llevar el yugo de Jesús. Podemos considerarlo como una cruz pesada que soportar y podemos decir “¡qué fastidio!” (Mal 1:13) Con esta actitud es verdad que podemos estar siguiendo a Jesús, pero con mucha queja y a regañadientes como los israelitas en el desierto (ver Núm 14:2ss). Por otra parte, podemos acercarnos a Jesús (Mt 11:28), aceptar la fuerza que nos brinda y ayudar, yendo de buena gana a donde Él quiera llevarnos. Si hacemos esto, encontraremos el descanso y la paz, incluso en el peso diario de nuestra carga.
Oración: Padre, que siempre me “esfuerce por entrar en ese Reposo” (Heb 4:11) y así consiga Tu fortaleza.
Promesa: “Él perdona todas tus culpas y cura todas tus dolencias” (Sal 103:3).
Alabanza: La madre de santa Lucía se oponía al voto de virginidad de su hija en servicio a Jesús. Pero Jesús curó una condición física de la madre y le abrió el corazón a la vocación de su hija
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: Según el Código de Derecho Canónico, se otorga el Nihil Obstat (no existe impedimento para publicar) a Un Pan, Un Cuerpo por el periodo 1 de diciembre de 2023 al 31 de enero de 2024. Otorgado el 3 de mayo de 2023. Reverendo Steve J. Angi, Canciller y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, Ohio
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.