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Miércoles, 22 de noviembre de 2017

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santa Cecilia


2 Macabeos 7:1, 20-31
Salmos 17:1, 5-6, 8, 15
Lucas 19:11-28

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la única manera de vencer el terrorismo

"Incomparablemente admirable y digna del más glorioso recuerdo fue aquella madre que, viendo morir a sus siete hijos en un solo día, soportó todo valerosamente, gracias a la esperanza que tenía puesta en el Señor" (2 Macabeos 7:20).

Los seléucidas que persiguieron al pueblo judío en el momento de la revuelta macabea, eran terroristas. No solo mataron a siete hermanos judíos, sino que también les arrancaron el cuero cabelludo, los descuartizaron y los frieron, uno por uno, mientras que obligaron a los hermanos restantes y a su madre ver cada acto brutal. Los seléucidas habían planificado que la angustia de la madre sería utilizada para manipular a sus hijos a convertirse en traidores de su fe o que al menos romperían el espíritu de la madre y de la nación judía por su terrorismo.

Sin embargo, la guerra psicológica de los terroristas se volvió contra ellos. La relación de la madre con el Señor y con sus hijos era tan fuerte que no se quebrantó bajo presión. Ella fortaleció a sus hijos para morir heroicamente y los siguió en el martirio. Su fe y la fe de su familia eran tan fuerte que venció a los terroristas.

Al contrario de lo que muchos creen, el terrorismo no se derrota con poder militar. Porque el terrorismo es demoníaco, no puede ser derrotado por medios meramente humanos. Solo puede ser derrotado por la fe en Jesús, especialmente por las santas familias de la fe (ver Mt 17:20-21). Por lo tanto, debemos llegar a ser santos discípulos de Jesús llenos de fe, o seremos víctimas indefensas, intimidadas y manipuladas de terroristas.

Jesús es el único nombre por el cual podemos ser salvos (Hch 4:12). Ten fe en Jesús, nuestra única Esperanza.

Oración:  Padre, rechazo el espíritu de temor y acepto al Espíritu Santo (ver 2 Tim 1:6-7; Rom 8:15).

Promesa:  "Buen servidor, le respondió, ya que has sido fiel en tan poca cosa, recibe el gobierno de diez ciudades" (Lc 19:17).

Alabanza:  Santa Cecilia y sus conversos, su marido Valeriano y su cuñado Tiburcio, fueron martirizados por su fe en Jesús.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de mayo de 2017.

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