inspección de los frutos
"Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no encuentro. Córtala" (Lucas 13:7).
Jesús nos advierte claramente que sufriremos finales trágicos si no damos el fruto de la santificación (ver Gal 5:22) y la evangelización (ver Lc 13:3, 5, 7). Sin embargo, no podemos dar fruto por nuestra propia fuerza. Todo lo que necesitamos es vivir en Jesús como ramas que son parte de la vid y Él vivirá en nosotros (Jn 15:5). No podemos hacer nada separados de Jesús (Jn 15:5), pero en Jesús daremos fruto abundante (Jn 15:5), multiplicado y duradero (Jn 15:16) "hasta la Vida eterna" (Jn 6:27).
En consecuencia, vivamos nuestro Bautismo por el cual Jesús entró en nosotros y nosotros en Él. No vivamos más para nosotros mismos sino para Él, Quien por nuestro bien "murió y resucitó" (2 Co 5:15). Jesús es "el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 14:6). Para todos los que están en Él, "'vida' es Cristo" (Fil 1:21). Vive en y para Jesús solamente y da mucho fruto.
Oración: Padre, concédeme vivir y morir en Jesús.
Promesa: "La ley del Espíritu, que da la Vida, me libró en Cristo Jesús, de la ley del pecado y de la muerte" (Rom 8:2).
Alabanza: San Antonio sobrevivió por lo menos quince intentos contra su vida, pero permaneció fiel a Quien es vida.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 15 de junio de 2015.
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