Naamán en la primera lectura y los diez leprosos en la lectura del Evangelio de hoy tenían mucho que agradecer (2 Re 5:14; Lc 17:14). Habían sido sanados de la peor enfermedad del mundo antiguo, la lepra. Sin embargo, tenemos una deuda de gratitud mucho mayor que la de todos los leprosos juntos. No solo hemos recibido curación; hemos recibido a Jesús, la Fuente de toda curación (ver 1 Pe 2:24). Dios se hizo hombre y murió en la cruz por amor a cada uno de nosotros. Hemos sido amados al grado más extremo y tenemos la razón más extrema para dar gracias.

   Imagínate un automóvil que se sale de control y está a punto de atropellarte. Imagina a alguien arrojando su cuerpo como un escudo humano entre tú y el auto que se aproxima. Estás a salvo, pero la persona que arrojó su cuerpo frente a ti está gravemente herida. Ahora está paralítica: no tiene movimiento de manos, brazos ni piernas. ¿Cómo podrías agradecerle por salvar tu vida? ¿Qué pasa si entras en su habitación del hospital, le das las gracias y le entregas un billete de $20? ¿No sería eso inadecuado? ¿No sería tu billete de $20 más ingratitud que gratitud?

   ¿Qué pasaría si vinieras ante el Jesús ensangrentado, torturado y crucificado y le dieras gracias, unos momentos de oración y algunas buenas obras? ¿No sería eso inadecuado? Da toda tu vida a Jesús. Ofrece tu cuerpo a Jesús “como una víctima viva” (Rom 12:1). Cualquier cosa menos que todo está incompleto. Da gracias según corresponde a Su amor crucificado.

Rescripto:  Según el Código de Derecho Canónico, se otorga el Nihil Obstat (no existe impedimento para publicar) a Un Pan, Un Cuerpo por el periodo 1 de octubre al 30 de noviembre de 2022. Otorgado el 14 de marzo de 2022. Reverendo Steve J. Angi, Canciller y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, Ohio

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.