¿hay fugas de agua en tu vida?
“Me abandonaron a Mí, la fuente de agua viva, para cavarse cisternas, cisternas agrietadas, que no retienen el agua” (Jeremías 2:13).
¿Contiene tu vida las aguas vivas de la gracia de Dios, del bautismo y del Espíritu Santo? Los hábitos y costumbres que adquirimos en la vida son comparables a cisternas de agua (ver Jer 2:13). Esos hábitos o nos ayudan a retener y crecer en la fe, o contribuyen a erosionarla e incluso a perderla. Por ejemplo, una cisterna, es decir una forma de vida, en la que la palabra de Dios no se considera cargada de autoridad divina, probablemente no retenga el agua de la gracia por mucho tiempo. Otra cisterna en la que al Papa no se le obedece como vicario de Cristo tampoco podrá contener mucha agua y será motivo de confusión y división. Una cisterna demasiado complaciente hacia la televisión es como una criba. Sin embargo, una cisterna que se esfuerza por celebrar la misa y recibir la comunión a diario, muy seguramente retendrá el agua incluso en condiciones durísimas. Una cisterna en la que los cristianos viven según la Biblia podrá conservar el agua mejor que cualquier otra cisterna. Y los cristianos que vivan en esa comunidad muy probablemente guardarán la fe.
Los cristianos están perdiendo agua por todas partes. Aunque hemos recibido manantiales de agua viva (ver Jn 7:38), estamos sequísimos. A veces nos enfrentamos a esta situación intentando bombear más agua viva en nuestra vida. Ahí están los chorros de agua que recibimos en la oración, o cuando vamos a conferencias, o con nuestros propósitos de mejora y lucha. Sin embargo, nuestras vidas pronto empiezan a perder agua otra vez. No basta con que sigamos añadiendo más y más agua; hay que arreglar esas grietas por donde se cuela el agua, o incluso construir una cisterna nueva y sin fisuras, arrepintiéndonos del todo y desterrando para siempre los malos hábitos de nuestra vida.
Oración: Padre, que me llene del Espíritu Santo y permanezca así de lleno (ver Hch 2:4).
Promesa: “Tu misericordia, Señor, llega hasta el cielo, Tu fidelidad hasta las nubes” (Sal 36:6).
Alabanza: Santa Brígida vivió una vida exuberante. Estuvo felizmente casada, crió a cuatro hijos y a cuatro hijas. Cuando se quedó viuda llevó una vida devota y recibió la inspiración de fundar la orden del Santo Redentor.
Referencia:
Rescripto: Según el Código de Derecho Canónico, se otorga el Nihil Obstat (no existe impedimento para publicar) a Un Pan, Un Cuerpo por el periodo 1 de junio al 31 de julio de 2020. Otorgado el 22 de octubre de 2019. Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.