¿depresión después del bautismo?
"¿No se sacia el ojo de ver y el oído no se cansa de escuchar?" (Eclesiastés 1:8).
Pocas personas cuestionarían el hecho de que el libro de Eclesiastés es el libro más deprimente de la biblia. Comienza así: "¡Vanidad, pura vanidad!, dice Cohélet. ¡Vanidad, pura vanidad! ¡Nada más que vanidad!" (Ecl 1:2). Termina así: "¡Vanidad, pura vanidad!, dice Cohélet. ¡Nada más que vanidad!" (Ecl 12:8). Eclesiastés representa el vacío absoluto y la imposibilidad de vivir sin Cristo. Sin embargo, aquellos quienes han sido bautizados en Cristo han sido "rescatados de la vana conducta" (1 Pe 1:18) para vivir la nueva vida, verdadera, absoluta y abundante (Jn 10:10).
Si esto es verdad, ¿por qué nosotros los cristianos a veces estamos tan desalentados como cualquier otra persona? Hay varias explicaciones de este desaliento que se sufre después del bautismo. No obstante, sin importar las circunstancias, para poder ir de la vanidad a la plenitud, debemos renovar nuestras promesas bautismales y "reavivar el don de Dios" (2 Tim 1:6).
En este momento, renueva tus promesas bautismales al rechazar a Satanás, todas sus obras y sus promesas vacías. Expresa tu fe total en Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Bendícete a ti mismo con el agua bendita que nos recuerda nuestro bautismo. Al ser bautizados en Jesús, nuestras vidas no son vanas, son vidas de "justicia, de paz y de gozo en el Espíritu Santo" (Rom 14:17).
Oración: Padre, permíteme renovar mi bautizo todos los días, especialmente en el aniversario del mismo. Cuando me canse por Ti, no permitas que me canse de Ti.
Promesa: "Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría" (Sal 90:12).
Alabanza: San Vicente de Paúl sirvió a sus feligreses y otros sacerdotes. Muchos ricos, pobres, marginados, convictos, laicos y clérigos experimentaron el amor de este hombre por Dios y el prójimo.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de enero de 2018
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