come y vive de su palabra
"Come este rollo, y ve a hablar a los israelitas" (Ezequiel 3:1).
La rebelión contra el Señor implica no solo hacer el mal, sino también negarse a consumirse y ser consumido totalmente por Su llamado (Ez 2:8). Debemos comer el rollo del plan de Dios para nuestras vidas. Debemos interiorizarlo, digerirlo y hacerlo parte integral de nuestro ser. Al consumir el llamado de Dios, somos consumidos por Dios (ver Heb 12:29). Cuando internalizamos el plan de Dios, Dios vive en nosotros y nosotros en Él (ver Jn 17:23). Perdemos nuestras vidas (Lc 9:24), y ya no somos nosotros los que vivimos sino Cristo que vive en nosotros (Gal 2:20). Entonces, paradójicamente, cuando perdemos nuestra vida, encontramos nuestra vida en Cristo (Lc 9:24).
Por lo tanto, come el rollo. Sé cristiano en el sentido más completo de la palabra. Busca primero el reino del Señor (Mt 6:33); comparte tu fe; sufre por Jesús; crece en santidad; que tu celo por la casa de Dios te consuma (Jn 2:17). Métete de lleno en tu matrimonio; ama a tu esposo o esposa con abandono; ten tantos hijos como el Señor les dará; haz de estos niños discípulos del Señor. Vive tu vida soltera con corazón indiviso (1 Co 7:33-35); sé la luz del mundo (Mt 5:14); construye comunidades cristianas. Sé el mejor sacerdote, hermana, hermano o diácono que puedas ser. Come el rollo.
Oración: Padre, dame la gracia de darte siempre mi "todo".
Promesa: "El Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños" (Mt 18:14).
Alabanza: El sufrimiento de una enfermedad casi fatal solo profundizó los esfuerzos de san Maximiliano para difundir la verdad de Dios y defender la fe.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de enero de 2018
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