enseñándonos a pescar
"Jesús vio a dos hermanos que eran pescadores. Entonces les dijo: 'Síganme, y Yo los haré pescadores de hombres'" (Mateo 4:18-19).
La primera vocación que Jesús dio a sus discípulos fue ser "pescadores de hombres". Para los cuatro primeros discípulos de Jesús, el término "pescadores de hombres" significaba que:
- Jesús quería usar su experiencia laboral para construir su reino.
- Jesús no los estaba llamando para el negocio de la pesca comercial (Mt 4:20).
- Jesús los llamaba a dejar a su padre y su familia (Mt 4:22).
- Debían pescar personas, es decir, llevar a las personas a Cristo.
- Su nuevo tipo de pesca también sería un trabajo duro y agotador con horas largas y difíciles (ver Jn 21:3, 6).
- Nunca atraparían peces ni hombres, excepto por la gracia de Dios.
San Andrés, un pescador, entendió lo que Jesús quiso decir, e inmediatamente pescó a su hermano, Simón (Jn 1:40-41). Andrés fue tan campeón como "pescador de hombres" que cuando algunos griegos vinieron a Felipe y le pidieron ver a Jesús, "Felipe fue a decírselo a Andrés" (Jn 12, 22). Seamos como Andrés y comprendamos que el discipulado significa recibir la gracia de tomar una decisión radical de evangelizar sin importar el costo. Vamos a pescar con Jesús.
Oración: Padre, que viva y muera para evangelizar.
Promesa: "Porque si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado" (Rom 10:9).
Alabanza: Se dice que san Andrés predicó sobre Jesús incluso cuando estaba siendo crucificado en una cruz en forma de X.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de mayo de 2018
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