el poder desconocido
"Que Él se digne fortificarlos por medio de Su Espíritu" (Efesios 3:16).
Cuando recibimos al Espíritu Santo en nuestro bautismo, confirmación y en otras ocasiones, recibimos su poder (Hch 1:8). En realidad, fuimos vestidos de cabeza a pies con el poder que viene de lo alto (Lc 24:49). Podemos mover montañas con solo un poco de esa fuerza (Mt 17:20). No hay nada imposible para nosotros con el poder de Jesús (Mt 17:20).
Uno de los problemas de los cristianos es que no necesitamos más poder sino que necesitamos abrir los ojos de nuestros corazones para conocer "la extraordinaria grandeza del poder con el que Él obra en nosotros" (Ef 1:19), y hacer uso del mismo.
El Espíritu Santo, quien nos ha dado una parte de su fuerza, también va abrir nuestros ojos a ese poder. Por esta razón, renueven su bautismo y confirmación. Arrepiéntanse de extinguir al Espíritu Santo (1 Tes 5:19). Enciendan la llama del Espíritu Santo (2 Tim 1:6-7). Alabemos a "Aquel que es capaz de hacer infinitamente más de lo que podemos pedir o pensar" (Ef 3:20). ¡Ven Espíritu Santo!
Oración: Padre, permíteme utilizar el poder que Tú nos has dado para salvar vidas, evangelizar, restaurar familias y construir una nueva civilización de amor y vida.
Promesa: "Así podrán comprender, con todos los santos, cuál es la anchura y la longitud, la altura y profundidad del amor de Cristo" (Ef 3:18).
Alabanza: Después de esperar diez días para que le llegara trabajo en su nuevo negocio, Juan hizo una novena de nueve horas a Jesús con el título del "Niño de Praga". Un día después, recibió un gran número de llamadas de negocios.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de mayo de 2018
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