la peor hambruna del mundo
"Y de todas partes iban a Egipto a comprar cereales a José, porque el hambre asolaba toda la tierra" (Génesis 41:57).
Una hambruna en todo el mundo es una de las peores tragedias. Es incluso peor que los cientos de millones de personas, especialmente niños, que mueren de hambre en nuestro mundo hoy día. Una tragedia peor que una hambruna mundial de alimentos es una hambruna de "escuchar la palabra del Señor. Se arrastrarán de un mar a otro e irán errantes del norte al este, buscando la palabra del Señor, pero no la encontrarán" (Am 8:11-12). Actualmente estamos en una condición aún peor. Tenemos un hambre mundial por la Palabra de Dios, no porque la Palabra de Dios no esté disponible, sino porque muchas personas, incluso cristianos, son espiritualmente anoréxicos. Nos hemos llenado tanto con las cosas de la carne que hemos perdido nuestro apetito por las cosas del Espíritu (ver Prov 13:19; Gal 5:17; 1 Pe 2:11).
Necesitamos muchos José para alimentar al mundo. Necesitamos muchos cristianos mejores que José (ver Mt 11:11) para alimentar al mundo espiritualmente y romper la anorexia espiritual de los cristianos. Cuando el Señor regrese al final de los tiempos, Él quiere encontrarnos distribuyendo "la ración de trigo en el momento oportuno" (Lc 12:42) a las personas que nos han liberado de la anorexia espiritual y que están ansiosas "como niños recién nacidos, deseen la leche pura de la Pala-bra" (1 Pe 2:2). En resumen:
- Arrepentirse de los pecados que causan la anorexia espiritual.
- Tener un apetito espiritual saludable, similar al apetito de los niños recién nacidos.
- Alimentar a los hambrientos física y espiritualmente.
- Romper la anorexia espiritual intercediendo, profetizando y ayunando.
Oración: Padre, haz que aparezcan nuevos José.
Promesa: "El Reino de los Cielos está cerca" (Mt 10:7).
Alabanza: Shirley ha sido voluntaria en su parroquia para distribuir alimentos desde hace años.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de marzo de 2017.
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