llevar el fruto más abundante
"El que permanece en Mí y yo en él, da mucho fruto" (Juan 15:5).
Debemos dar frutos:
- los frutos de santidad y de evangelización,
- o ser "como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde" (Jn 15:6; también 15:2),
- y ser recortados para aumentar nuestro rendimiento (Jn 15:2),
- al estar unido a Jesús, la vid (Jn 15:4-5),
- abundantemente (Jn 15:5),
- y por lo tanto glorificar a Dios el Padre (Jn 15:8),
- y se convierten en discípulos de Jesús (Jn 15:8),
- Jesús nos ha elegido "para ir adelante y dar fruto" (Jn 15:16),
- que perdura (Jn 15:16).
Debido a su amor perfecto para nosotros, Jesús quiere que todos se salven (1 Tim 2:4). Debemos dar fruto en abundancia, o para muchas personas la muerte y resurrección de Jesús será en vano. Debido a que Dios es amor (1 Jn 4:16), Él debe insistir en que llevemos fruto tan abundantemente como sea posible. Si vivimos en Jesús y Él en nosotros, llevaremos automáticamente fruto. Debemos dar frutos.
Oración: Padre, pódame tanto como sea necesario para dar tanto fruto como me sea posible.
Promesa: "La iglesia los vio fuera y se dirigieron por Fenicia y Samaria, contando a todos acerca de la conversión de los gentiles a su paso. Su historia causó gran alegría"(Hch 15:3).
Alabanza: Juan y Sara, que crecieron dentro de una comunidad basada en el hogar, están empezando su propia comunidad.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de deciembre de 2016.
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