beba y cuente
"La mujer, dejando allí su cántaro, corrió a la ciudad" (Juan 4:28).
Una mujer samaritana trajo su cántaro al pozo de la ciudad para llenarlo con agua (Jn 4:7). Jesús, sentado junto al pozo, en cambio le ofreció agua viva (Jn 4:10). Jesús le dijo: "el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna" (Jn 4:14). La mujer, llena con el agua que fluye del Espíritu, se olvidó del agua del pozo, y simplemente dejó su cántaro al lado del pozo. Su única preocupación era contarles a los demás sobre Jesús (Jn 4:28).
Dios creó a los seres humanos para ser física y espiritualmente sedientos. Necesitamos beber físicamente todos los días, y necesitamos incluso beber espiritualmente con mayor frecuencia. Aun los más duros de corazón están sedientos del agua viva de Jesús, sea que lo reconozcan o no. Una vez que la mujer samaritana bebió del agua viva de Jesús, ella no pudo evitar llevar esa agua a los demás. De igual manera, está en nosotros llevar a las personas sedientas de Dios un trago de agua viva de Jesús.
La samaritana nos enseña que cuando bebemos completamente del agua que Jesús nos ofrece, empezaremos a evangelizar. Vamos a estar tan llenos de agua viva que no vamos a poder ser capaces de evitarlo. Si no estamos evangelizando, lo más probable es un síntoma de que nos estamos deshidratando espiritualmente. "Jesús dice: 'El que tenga sed, venga a mí; y beba el que cree en mí'. Como dice la Escritura: "De su seno brotarán manantiales de agua viva'" (Jn 7:37-38). Ven a Jesús; bebe a fondo; hable de Él al mundo.
Oración: Jesús, sumérgeme en Tus aguas vivas. "Agua del costado de Cristo, lávame".
Promesa: "Mi comida es hacer la voluntad de aquel que me envió y llevar a cabo su obra" (Jn 4:34).
Alabanza: ¡Alabanza a Ti, Jesús, la resurrección y la Vida crucificadas! (Jn 11:25). Eres "el autor de la vida" (Hch 3:15).
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 30 de noviembre de 2016.
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