el amor llena las grandes necesidades
"Si alguien vive en la abundancia, y viendo a su hermano en la necesidad, le cierra su corazón, ¿cómo permanecerá en él el amor de Dios?" (1 Juan 3:17).
Juan señala la conexión obvia entre el amor y la necesidad. Si amamos a alguien, vamos a querer proveer las necesidades de esa persona. De otra manera, nuestro hablar acerca del amor es mera palabrería. (Mt 15:8; Is 29:13) y no es auténtica (1 Jn 3:18).
La necesidad más grande de los humanos es conocer a Jesús profunda y personalmente (ver Jn 17:3). Por lo tanto, la evangelización es "el servicio más alto que el cristiano puede prestar a su hermano" o hermana (Orientale Lumen, Papa san Juan Pablo II, 14). En consecuencia, si no compartimos a Jesús con otros, o no creemos en Jesús o no amamos a la gente. No compartir a Jesús es peor que negarle comida a una persona hambrienta. Si no compartimos nuestra fe en Jesús, es cuestionable si amamos a Jesús y hemos aceptado su salvación. El bendito Papa Pablo VI enseñó: "No sería inútil que cada cristiano y cada evangelizador examinasen en profundidad, a través de la oración, este pensamiento: los hombres podrán salvarse por otros caminos, gracias a la misericordia de Dios, si nosotros no les anunciamos el Evangelio; pero ¿podremos nosotros salvarnos si por negligencia, por miedo, por vergüenza — lo que san Pablo llamaba "avergonzarse del Evangelio" — o por ideas falsas omitimos anunciarlo?" (Evangelii Nuntiandi, 80)
En esta época de Navidad y año nuevo, invitemos a otros a venir y ver a Jesús por ellos mismos (Jn 1:46). Así los estamos amando y dándoles una Navidad Cristo-céntrica en vez de una sin Cristo. Entonces les estamos dando Vida.
Oración: Padre, permíteme dar el más grande regalo — Jesús, el Señor y Dios.
Promesa: "En esto hemos conocido el amor: en que Él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos" (1 Jn 3:16).
Alabanza: San Juan Neumann, el primer ciudadano americano declarado santo, es el patrono de los niños enfermos y los inmigrantes. Él les dio a los inmigrantes lo que más necesitaban, a Cristo mismo.