Jesús llamó a Pedro, Andrés, Santiago y a Juan a seguirlo para convertirlos en pescadores de hombres (Mt 4:19). También nosotros estamos pidiendo reiteradamente trabajadores para la cosecha (ver Mt 9:38). Algunas personas muy ocupadas responden nuestras peticiones y por lo tanto se vuelven aún más ocupados, teniendo más trabajo y responsabilidades. El amor sacrificado de estas personas muy ocupadas es precioso. A pesar de que Jesús asigna más trabajo a los pocos trabajadores existentes (ver Lc 12:48; Lc 19: 17ss), Él está constantemente llamando más y más personas para que se conviertan en trabajadores para Él. Jesús tiene previsto dar a estos trabajadores potenciales el tiempo para seguirlo y trabajar para Él, cambiando sus puestos de trabajo, hábitos y vidas.

Haga más trabajo para el Señor, pero primero pida al Señor lo que debes renunciar de tu vida. Si ya estás muy ocupado, no agregues, más bien sustituye. Si no lo haces primero según la voluntad de Dios, probablemente lo vas a hacer más tarde contra Su voluntad. Por ejemplo, si el Señor te llama a dirigir un estudio bíblico, alimentar a los hambrientos, o sanar a los enfermos, debemos dejar algo (como la televisión). Sin embargo, si se intenta trabajar más para Él y seguir por lo tanto viendo la televisión, es posible que más adelante soltaras tiempo de oración o el tiempo con tu familia.

Asume nuevos puestos de trabajo para Jesús. Deja algo primero, porque lo que vayas a dejar después usualmente no será lo correcto.