siempre preparados y preparándonos
"Ustedes también estén preparados" (Mateo 24:44).
Jesús nos advierte de que hemos de estar preparados para su última venida al final de los tiempos. De hecho, debemos estar siempre preparados, ya que "no sabemos qué día" nuestro Señor viene (Mt 24:42).
Jesús describe los preparativos de cuatro maneras:
- trabajar para dar de comer a los necesitados (Mt 24:45-46). Si bien esto puede referirse a la alimentación de las personas físicamente (ver Mt 25:35), Jesús se refiere probablemente a dar el alimento espiritual de la Palabra de Dios (ver Mt 4:4) por medio de nuestro testimonio, la predicación y la enseñanza. Dar alimentos es compartir nuestra fe y la Palabra.
- llegar a conocer personalmente a Jesús (ver Mt 25:12). Solo por la unción y el aceite (ver Mt 25:4) del Espíritu podemos profundamente conocer a Jesús como Señor (ver 1 Co 12:3).
- siendo un mayordomo bueno y fiel de todas las posesiones, tiempo, energía, oportunidades, talentos, regalos, los cuales el Señor nos ha asignado para gestionar (Mt 25:21).
- expresando nuestra fe en Jesús por medio de buenas obras, especialmente para con los pobres (ver Mt 25:35-40).
La preparación para la venida final de Jesús no debe ser una preparación de último momento, sino el corazón y el centro de nuestras vidas enteras.
Oración: ¡Maranatha! ¡Ven, Señor Jesús!
Promesa: "Mientras esperan la Revelación de nuestro Señor Jesucristo, no les falta ningún don de la gracia. Él los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de la Venida de nuestro Señor Jesucristo" (1 Co 1:7-8).
Alabanza: San Luis promovió el conocimiento personal de Jesús instituyendo la adoración perpetua. Él puso su reino terrenal al servicio del Rey de Reyes.