el pueblo más privilegiado
"Sí, yo te he construido la Casa de tu señorío, un lugar donde habitarás para siempre" (1 Reyes 8:13).
Salomón construyó el Templo y el Señor lo habitaba en forma de una nube de gloria (1 Re 8:10-11). Nosotros, los que hemos sido bautizados en Cristo, sin embargo, somos más que Salomón (Mt 11:11). Nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo (1 Co 6:19) y la Santísima Trinidad vive dentro de nosotros.
Muchos enfermos tocaron la borla del manto de Jesús y fueron sanados (Mc 6:56). Nosotros, sin embargo, hemos recibido realmente (y todos los días podemos recibir) el cuerpo, sangre, alma y divinidad de Jesús, quien es Dios. Los reyes y profetas quisieron ver y oír lo que vemos y oímos, pero no lo vieron ni lo oyeron (Lc 10:24). Nosotros, en la nueva alianza, somos las personas más privilegiadas, dotadas y benditas que han vivido.
Demos gracias al Señor constantemente por prodigar su amor en nosotros, y recordemos: "Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le exigirá mucho más" (Lc 12:48). Nosotros, los que hemos recibido tantos privilegios, también tenemos las mayores responsabilidades. ¡Vive de acuerdo con esto!
Oración: Padre, hazme tan constante y profundamente consciente de ser tu hijo que yo viva una vida nueva.
Promesa: "¡Entremos en su Morada, postrémonos ante el estrado de sus pies!" (Sal 132: 7).
Alabanza: Sta. Josefina respondió habitualmente cada pregunta de "¿Cómo estás?", Con su respuesta sincera: "Como lo desea el Maestro".
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de noviembre de 2015.
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