amor sacrificado
"¿Voy a renunciar a…?" (Jueces 9:9, 11, 13).
En la historia de Jotám, a tres árboles se les pidió que reinaran sobre los otros árboles (Jue 9:8ss). Los tres árboles se negaron porque tendrían que sacrificar lo que tenían ellos mismos por lo más preciado.
La historia de Jotám nos enseña que:
- El amor, el liderazgo y el servicio significan sacrificio.
- El Señor nos llama a sacrificar no solamente pequeñas cosas sino los aspectos más importantes de nuestras vidas (de hecho, nuestras propias vidas).
- Negarnos al sacrificio hace mucho daño a otros y finalmente nos destruirá. "El que quiera salvar su vida, la perderá" (Lc 9:24).
Se le pidió a Jesús que fuera el Rey de reyes y gobernara sobre los árboles y el mundo. Jesús aceptó la voluntad de Su Padre y dio Su vida por amor a nosotros. Su sacrificio en el Calvario trajo la salvación para el mundo encaminado a la perdición.
Por lo tanto, a través de Jesús, "Y por medio de Él, ofrezcamos sin cesar a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan Su Nombre. Hagan siempre el bien y compartan lo que poseen, porque esos son sacrificios agradables a Dios" (Heb 13:15-16). Al ofrecer lo más frecuentemente posible tu participación en la Misa, unamos nuestras vidas de sacrificio al sacrificio definitivo de Jesús en el Calvario "yo los exhorto por la misericordia de Dios a ofrecerse a ustedes mismos como una víctima viva, santa y agradable a Dios" (Rom 12:1).
Oración: Padre, que considere un privilegio el sacrificar mi vida por amor a Ti y Tu pueblo.
Promesa: "Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos" (Mt 20:16)
Alabanza: En sus días, San Juan fue considerado como el predicador más capaz de tocar los corazones de sus oyentes. También él fue fundamental en la difusión de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, al proporcionar una base doctrinal sólida para ello.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 14 de abril de 2015
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