construcción de caminos
"Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos" (Lucas 3:4).
Antes de la venida de Cristo en Navidad y su segunda venida, tenemos que hacer un camino en el desierto. Necesitamos este camino para que podamos volver al Señor desde el exilio del pecado y para que el Señor regrese y nos saque del exilio en la tierra (ver 1 Pe 2:11) a nuestro hogar celestial. Este camino del desierto es para nosotros (Bar 5:7), y para el uso del Señor (Lc 3:4). Nosotros tenemos que usar primero el camino para salir del exilio del pecado. Luego Jesús vendrá para sacarnos de nuestro exilio en la tierra y llevarnos a casa.
Nosotros construimos y viajamos este camino por el arrepentimiento — una profunda contrición, "un bautismo de conversión" (Lc 3:3). Por el arrepentimiento, llenamos el vacío del pecado del "valle de la muerte" y allanamos montañas de orgullo y egos inflados (Lc 3:5). Cuando confesamos nuestros pecados, el Señor endereza (Lc 3:5) nuestros senderos sinuosos, racionalizaciones, negaciones poco realistas y autoengaños. Los bordes ásperos, de corte irregular y nocivos de nuestras actitudes egoístas se suavizan sin problema a través del arrepentimiento, el perdón, la confesión y la reconciliación (Lc 3:5).
Construye y viaja por el camino de arrepentimiento hacia la Navidad y hacia el cielo.
Oración: Padre, mantenme en el camino santo (Is 35:8).
Promesa: "En mi oración pido que el amor de ustedes crezca cada vez más en el conocimiento y en la plena comprensión, a fin de que puedan discernir lo que es mejor. Así serán encontrados puros e irreprochables en el Día de Cristo" (Fil 1:9-10).
Alabanza: Te alabo, Jesús, "el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 14: 6). ¡Toda gloria y honor para Ti!
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 24 de augusto de 2015.
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