Los cuatro jóvenes israelitas le pidieron a su maestro que pusiera a prueba su fe (Dn 1:12). Igualmente, la pobre viuda en la lectura del Evangelio le pidió a Dios que pusiera a prueba su fe entregando al Señor todo su dinero (Lc 21:4). Durante la prueba, ellos le dieron a Dios todo, confiaron en Él en el momento presente y pusieron el futuro en Sus manos.

Jesús nos enseña que el plan de nuestro Padre celestial es proveer el "pan de cada día" (Mt 6:11). Muchos tratan de proveer un mejor mañana almacenando tesoros, sólo para tener ese futuro saqueado por el colapso de los mercados financieros, los caprichos de los gobiernos mundiales, los estragos de los ladrones, los desastres naturales o el divorcio. "Éste es el tiempo favorable," no mañana (ver 2 Co 6:2). Mañana puede que nunca llegue (ver Lc 12:19-20; Stg 4:13-14).

"No se inquieten entonces, diciendo: '¿qué comeremos, qué beberemos o con qué nos vestiremos?' El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia y todo lo demás se les dará por añadidura" (Mt 6:31, 32-33).

No hagas planes para mañana usando la fe de hoy. Probablemente, tus planes no toman en cuenta la gran fe que Dios tiene previsto ofrecer mañana. "Examínense para comprobar si están en la verdadera fe. Pónganse a prueba seriamente" (2 Co 13:5). Confíe en Dios hoy y pase la prueba de confianza.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 15 de junio de 2015.

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