liderar o no liderar
"Pero los poderosos serán severamente examinados" (Sabiduría 6:8).
A los líderes en el Reino de Dios se les ha confiado mucho, por tanto mucho se les pedirá (ver Lc 12:48). Aquellos en el poder están sometidos a poderosas pruebas y examinados rigurosamente (Sab 6:6,8; y Stg 3:1). Además del examen de Dios, los líderes son rechazados por el mundo, la carne y el demonio (ver 1 Jn2:16). Una pregunta natural sería: ¿Por qué alguien quisiera convertirse en líder en el Reino de Dios?
Evitar el llamado de Dios para recibir esta autoridad no es una opción. Cuando aquellos a los que el Señor ha escogido rehúsan su llamado a ser lideres, las ovejas de Dios son arrojadas a los lobos (ver Jue 9:6-15; Hch 20:29; Mt 10:16). Resistirse a recibir los dones del Espíritu Santo "por miedo" o pereza (Mt 25:25) atrae una condena del Señor mucho más severa que las pruebas dadas a aquel líder quien sinceramente trata de liderar bien (ver Mt 25:24-30). Se nos manda a no ahogar el poder y los dones del Espíritu que Dios ha concedido a Sus líderes (1 Tes5:19), para que no sea el caso que entreguemos Su pueblo a la tiranía de Satanás.
Los planes de Dios son los de levantar líderes para que abran el camino (Miq 2:13) y liberen a los cautivos (Is 61:1ss; Lc 4:18ss). Dios no derramó el Espíritu Santo para que permaneciéramos llenos de temor encerrados en la habitación superior, (Hch 2:1) sino para que Sus líderes utilizaran los dones del Espíritu para el bien común (1 Co12:7).
La decisión de liderar es hecha de abnegado amor. El amor de Cristo nos apremia en el aceptar Su llamado (2 Co5:14). Nuestros corazones arden de amor por el Señor y por las personas que Él ha colocado en nuestros corazones (Lc 24:32). Nos cansamos de resistir a su llamado, no podemos soportarlo si no respondemos a Su llamado con toda nuestra vida (Jer 20:9). Dios te llama. ¿Cómo le responderás?
Oración: Señor dependo de Tu misericordia y confío que me proveerás de todo lo necesario para liderar. Por medio de mí, recoge una abundante cosecha de fe.
Promesa: "Tu fe te ha salvado" (Lc 17:19).
Alabanza: San Martin respondió al llamado de liderazgo pasándose del paganismo hasta convertirse en arzobispo.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 15 de junio de 2015.
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