< <  

Jueves, 24 de julio de 2014

  > >

san Chárbel Makhlouf


Jeremías 2:1-3, 7-8, 12-13
Salmos 36:6-11
Mateo 13:10-17

Ver Lecturas en Inglés
Reflexiones Similares

¿se te sale el agua?

"Porque mi pueblo ha cometido dos maldades: me abandonaron a mí, la fuente de agua viva, para cavarse cisternas, cisternas agrietadas, que no retienen el agua" (Jeremías 2:13).

¿Retiene tu vida el agua — las aguas vivas de la gracia de Dios, del Bautismo y del Espíritu Santo? Las costumbres que adquirimos en nuestras vidas pueden ser como el cavarnos cisternas (ver Jer 2:13). Estas costumbres o nos ayudarán a retener nuestra fe y crecer en ella o contribuirán a una erosión y pérdida de nuestra fe. Por ejemplo, una cisterna, o una manera de vivir, en la cual la Palabra de Dios no se acepta con su autoridad normalmente no retendrá el agua mucho tiempo. Una cisterna en la cual no se obedece al papa no retendrá el agua bajo unas circunstancias difíciles o confusas. Una cisterna permisiva en cuanto a la televisión es como un colador. Una cisterna que enfatiza la celebración diaria de la misa y de la sagrada comunión normalmente retiene el agua aun en las peores circunstancias. Una cisterna en la cual los cristianos viven en comunión bíblica retiene el agua mejor que cualquier otro tipo de cisterna. La personas que vivan en una comunidad cristiana muy probablemente mantendrán la fe.

A los cristianos se nos escapa demasiada agua. A pesar de que recibimos ríos de agua viva (mira a Jn 7:38), puede que estemos resecos. A veces para manejar esta situación bombeamos más agua viva a nuestras vidas. Rezamos durante algunas temporadas, vamos a congresos especiales y tenemos renacimientos y renovaciones de la fe. Sin embargo, el agua viva pronto se sale de nuestras vidas. Necesitamos no solo añadir más agua; también tenemos que arreglar los agujeros, es decir, cavar una cisterna impermeable a través del arrepentimiento y un cambio considerable de los patrones de nuestras vidas.

Oración:  Padre, que yo pueda estar lleno del Espíritu (ver Hch 2:4) y mantenerme lleno.

Promesa:  "Tu misericordia, Señor, llega hasta el cielo, tu fidelidad hasta las nubes" (Sal 36:6).

Alabanza:  San Chárbel Makhlouf era un monje libanés que vivía como ermitaño en la pobreza, la abnegación y el rezo. Cambió su vida anterior por un curso de vida a servicio de Jesús, y de ese modo descubrió quién era (Mt 10:39).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de abril de 2014

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.