tú y las naciones
"Yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue Mi salvación hasta los confines de la tierra" (Isaías 49:6).
Dios ha levantado a multitudes de personas muy entusiastas y dedicadas, que durante años han contribuido para que Un Pan, Un Cuerpo llegue a otros. Por medio de la gracia de Dios, estas enseñanzas "han llegado a conocerse hasta muy lejos" (Eclo 24:30) y, aunque parezca increíble, le llegan a personas alrededor del mundo. El Señor ha levantado a otros para que escriban, editen, impriman, publiquen y transmitan estas enseñanzas para que el mundo las lea. Todas estas personas se han vuelto "luz de las naciones". Dios ha permitido que nuestro humilde ministerio llegue "hasta los confines de la tierra" (Is 49:6).
¿Y tú? ¿Te consideras demasiado insignificante para que Dios Todopoderoso te use con poder? Aun cuando somos pecadores y no merecemos Su Amor (Hch 13:25), esto no impide que Dios nos llame a servirle. Al igual que san Juan el Bautista, tú también eres profeta, por virtud de tu Bautismo (Catecismo, 1268). En cierta media, podrías ser más grande que Juan, debido a tu fe en Jesús (Mt 11:11). Dios te dice: "Tú eres mi Servidor... por ti yo me glorificaré" (Is 49:3). Permite que el Señor brille a través de ti como Él quiere.
Oración: Padre, soy totalmente tuyo. ¡Qué seas glorificado a través de mi vida!
Promesa: "Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios" (Lc 1:64).
Alabanza: San Juan el Bautista le dio ánimo a su madre y alabanzas a su Salvador, incluso antes de que él naciera.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de abril de 2014
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