¿estamos unidos?
"El rey de Asiria…deportó a los israelitas…Sólo quedó la tribu de Judá" (2 Reyes 17:6, 18).
La primera lectura de hoy, nos ilustra un punto crítico en la historia del Antiguo Testamento. Después de cuarenta años de vagar en el desierto, las doce tribus de Israel entraron a la Tierra Prometida. Unidas luego de la muerte de Salomón, eventualmente las tribus se separaron y comenzaron a adorar ídolos; así formaron el Reino del Norte, también conocido como 'Israel' o 'Samaria'. Solamente la tribu de Judá se mantuvo fiel a la Alianza de Israel.
Estas tribus continuaron viviendo en pecado e idolatría, aunque recibieron repetidas advertencias de muchos profetas (ver 2 Re 17:13). Finalmente, su rebelión los llevó tan lejos de la protección de Dios que el Reino del Norte pecador fue conquistado y jamás volvió a existir.
El pecado y la dureza de corazón, dividió una nación unida, que se alejó de Dios. ¿Será posible que esto pase en nuestro país? A diario vemos esfuerzos para mantener a Dios lejos de las escuelas y los lugares de trabajo. Vemos grandes divisiones en el pueblo. Hay divisiones extremas entre las personas. Dios continúa enviando profetas, pero hay una gran rebelión en contra de sus profetas. "Su carácter es firme, y tú la conservas en paz porque ella confía en ti" (Is 26:3).
Oración: Padre, ayúdanos a no abandonar las enseñanzas que nos muestras en las Escrituras. Danos un corazón humilde, arrepentido y fiel.
Promesa: "No juzguen, para no ser juzgados" (Mt 7:1)
Alabanza: Luisa llevó a su secuestrador a entregar su vida a Jesús. Él sintió que Jesús quitó el odio de su vida.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de abril de 2014
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