no habrá arrebatamiento
"Nadie las arrebatará de Mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las Manos de mi Padre" (Juan 10:28-29).
La mayoría de nosotros tenemos parientes y amigos que no han dado sus vidas a Jesús. Tenemos razón en preocuparnos por ellos. Nos es odioso pensar que la muerte de Jesús sería en vano para nuestros queridos (ver 1Co 1:17). También estamos tremendamente conscientes de muchos de ellos son tercos y se resisten a creer en el Evangelio. No es raro que nos desanimemos cuando pensamos en estas cosas.
Sin embargo, no debemos perder la esperanza por la condición de los que están lejos del Señor. Debemos fijar los ojos en Jesús (Heb 12:2). Aunque su pecado es horrible, "sobreabundó la gracia" del Señor (Rom 5:20). Aunque ellos son egoístas, Él es Amor Mismo – incluso al punto que se convirtió en ser humano y murió en la cruz porque nos ama, a nosotros y a ellos también. Todo el mundo tiene libre albedrío, y ellos pueden decidir separarse del Señor para siempre, pero el Señor también tiene un albedrío libre y perfecto. Él ha decidido vivir, morir y resucitar para todos en una manera casi irresistible. "Nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre" (Jn 10:29).
Si el Señor tiene mucho que ver con esto, nosotros y nuestros queridos le veremos cara a cara y estaremos felices con Él para siempre en el cielo. Ten ánimo, confianza y esperanza de la salvación de todos tus familiares y amigos.
Oración: Padre, guía al menos uno de mis parientes a tu Reino este Pentecostés.
Promesa: "Exhortaba a todos a permanecer fieles al Señor… Y una multitud adhirió al Señor" (Hch 11:23-24).
Alabanza: José compró un rosario cuando estaba en Fátima. Él pidió a Nuestra Señora de Fátima que le hiciera ver claro con quién debía casarse, y prometió dar el rosario a su futura esposa. Unos años más tarde, conoció a una mujer llena de fe. Cuando le pidió que se casara con él, le dio el rosario.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 18 de diciembre de 2013
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