el hombre que sabía demasiado
"Ahora reconozco…" (2 Reyes 5:15).
Como gobernante soberano de la nación, el rey Joram de Israel estaba en la posición adecuada para conocer el poder de Dios. Tenía acceso a toda la información que necesitaba. Tal vez tenía demasiada información: cuando Naamán se acercó a él para encontrar la sanación de Dios, Joram presume que el rey de Aram estaba buscando un pretexto contra él (2 Re 5:7). Como una esclava capturada, la pequeña huérfana, niña pre-adolescente no estaba aparentemente en condiciones de conocer el poder y la fuerza de Dios. Adivina ¿cuál de los dos sabía que había un profeta de curación en la tierra de Israel? Dios revela a los pequeños lo que oculta a los sabios y a los prudentes (Lc 10:21).
Naamán, como jefe del ejército arameo, tenía la inteligencia y los recursos para comprender la geografía regional y la probabilidad de la pureza del agua en Aram e Israel (2 Re 5:12). Los siervos de Naamán probablemente sólo sabían lo que necesitaban saber para realizar tareas domésticas. Adivina ¿quién entiende la relación entre la humildad y la curación?
Ciertamente, Dios quiere que nuestra mente se desarrolle y se renueve (Rom 12:2), Sin embargo, los caminos de Dios no son nuestros caminos (Is 55:8-9). Si una persona con cáncer terminal o con SIDA te pide que ores hoy a Dios por su curación, ¿cómo reaccionarías? ¿Estarías nervioso y amenazado como Joram, enojado como Naamán?, o ¿estarías tan preparado como los siervos de Naamán? Ponte humilde. Prepárate. Recibe "el pensamiento de Cristo" (1 Cor 2:16).
Oración: Padre, que pueda humillarme y así "estar siempre dispuesto" para llevar gente a Ti (1 Pe 3:15).
Promesa: "Envíame tu luz y tu verdad: que ellas me encaminen y me guíen siempre" (Sal 43:3).
Alabanza: Estando en la poderosa posición de director ejecutivo de una gran empresa, Roberto se humilla diariamente para recibir a Jesús en la Eucaristía.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 8 de augusto de 2013
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.