el amor es el perdon
"Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Levítico 19:18).
Jesús sorprendió a los líderes religiosos de Su día al enseñar que un mandato oscuro de Levítico era el segundo mandato más grande y que, junto al primer mandato, era la base de la ley entera y los profetas (Mt 22:35-40).
El contexto bíblico del segundo mandato más grande es otro mandato: "No serás vengativo con tus compatriotas ni les guardarás rencor" (Lv 19:18). Por consiguiente, cuando Jesucristo nos manda amar a nuestros prójimos como a nosotros mismos, Él nos manda a perdonar y tener compasión. Así, el amor como se expresa en el perdón indica si de verdad amamos a Dios con todo nuestros corazones o no. Un amor compasivo es parte de la base de la ley entera y los profetas.
Cuando entendemos el contexto bíblico del segundo mandato más grande, vemos el perdón no sólo como un aspecto del cristianismo sino como la esencia de ello. Esto nos ayuda a entender por qué Jesús nos enseñó a rezar: "Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido" (Mt 6:12). A la luz de Levítico, podemos mejor apreciar unas de las últimas palabras de Jesucristo en la cruz: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23:34).
Cuando Dios dice: "Ama", Él quiere decir ante todo: "Perdona". Dios es Amor, y los que permanecen en compasión permanecen en Dios y Dios en ellos (Cfr. 1 Jn 4:16).
Oración: Padre, que yo pueda perdonar setenta veces siete. Dame una vida de compasión y amor.
Promesa: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo" (Mt 25:40).
Alabanza: Carlos perdonó a su hermano – otra vez.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 8 de augusto de 2013
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