pelota dura
"Pero Abraham respondió: 'Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán'" (Lucas 16,31).
El hombre rico, en este evangelio, murió y estaba tan mal que pidió permiso para lamer la punta del dedo de Lázaro después que la mojara en agua (Cfr. Lc 16,24). Este hombre sabía del tormento del infierno (Lc 16,28). También sabía que sus cinco hermanos vivían de tal modo que, en un futuro, llegaría a este mismo lugar de depravación y tormento. Concluyó que, debido a la ceguera espiritual que ellos tenían, la única manera de que cambiarían su vida era ver a un muerto resucitado.
Abraham no estuvo de acuerdo con él. Le dijo: "Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán" (Lc 16,30). Los primeros cinco libros de la Biblia son atribuidos a Moisés y gran parte de la Biblia, a los profetas.
Entonces es posible concluir que Abraham estaba diciendo que si no escuchamos lo que dice la Biblia nos quedaremos ciegos, nuestro corazón se volverá duro y nos esperarán tiempos muy duros. En cualquier caso, si no ponemos atención a la Biblia, o si se endurece nuestro corazón, no tendremos otro destino que el infierno para siempre. Escucha a Jesús y a su Palabra.
Oración: Padre, igual que Jesús hizo con sus discípulos y apóstoles, abre mi mente para entender a Moisés y a los Profetas. (Cfr. Lc 24,45; 27)
Promesa: "Abre los ojos de los ciegos y endereza a los que están encorvados" (Sal 146,8).
Alabanza: ¡Bendito Jesús, la palabra hecha carne (Jn 1,14), quien nos ha ensenado a vivir! ¡Aleluya!
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 5 de mayo de 2013
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