"sufrirás" (jn 16:33)
"Cuando ella haya dado a luz, no recordará su dolor" (Juan 16,21).
Durante la Segunda Guerra Mundial, cuatro soldados aliados acampados tras líneas de defesa alemanas escucharon sobre un plan de batalla de crítica importancia. Llevar estos planes a los líderes aliados podría salvar miles de vidas. Los cuatro soldados decidieron esquiar a la Suiza neutral para comunicar los planes. Mientras cruzaban las escarpadas montañas de los Alpes, un de ellos cayó y se quebró una pierna. Tras deliberación penosa, los otros tres decidieron dejar a su compañero caído esa noche. Una vez comunicaran las planes regresarían para atenderlo. Al día siguiente, le preguntaron cómo le fue. "Estaba en agonía", respondió; pero esta mañana Dios envió el amanecer más hermoso que jamás haya visto. Cuando pienso en este Calvario de sufrimiento, recordaré la belleza en vez del dolor". Es a eso que Jesús se refiere en el Evangelio (Jn 16,21). El Señor guarda a menudo lo mejor para los momentos en que estamos más necesitados.
Hoy comenzamos la Novena de Pentecostés, nueve días de oración para "recibir al Espíritu Santo" (Jn 20,22) aun más profundamente en Pentecostés. En ocasiones, el Espíritu Santo nos desafía a sacrificarnos en nuestro esfuerzo por responder al Señor. Sufrimiento y persecuciones son parte del camino de preparación que, luego de Pentecostés, no compara con la alegría de su Amor. Por eso, haz todo cambio necesario en los próximos nueve días para darle cabida Espíritu Santo en tu vida.
Oración: ¡Ven, Espíritu Santo! Haz en mí todo lo necesario para que yo sea lo que Tú quieras.
Promesa: "No temas. Sigue hablando y no te calles, porque Yo estoy contigo" (Hch 18,9-10).
Alabanza: San Damián pasó su vida llevando a Jesús a la colonia de leprosos en la isla de Molokai. Por amor, él se identificó tanto con ellos que contrajo la lepra y murió con ellos.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro de nuestro equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de diciembre de 2012
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