en el carril rápido
"Sin duda en aquellos días ayunarán." —Lucas 5:35
Hoy es viernes. Es el tradicional día de la semana para ayunar. Al ayunar, podemos comprender más profundamente y apreciamos la muerte de Jesús por amor a nosotros. Al ayunar, podemos prepararnos para el centro de nuestras vidas, la adoración comunitaria de Cristo resucitado en la misa dominical.
El ayuno es una llamada tan explosiva y poderosa que el patrón de nuestras vidas debe cambiar antes de iniciar el ayuno comprometido (ver Lc 5:36-37). Entonces el ayuno transformará nuestras vidas aún más. Las pocas libras que podamos perder por el ayuno regular son un signo sacramental del sorprendente progreso interior e internacionalmente (véase la carta encíclica del Papa Juan Pablo II, El Evangelio de la Vida, 100). Cuando ayunamos de acuerdo a la voluntad de Dios, los condenados injustamente son eximidos, y los oprimidos son liberados (Is 58:6). En el ayuno, podemos recibir la luz, la curación, la reivindicación, y la gloria (Is 58:8). Cuando ayunamos, oramos con poder (Is 58:9), caminamos en sabiduría y fuerza (Is 58:11), e incluso reconstruimos ruinas antiguas y hogares arruinados (Is 58:12). En el ayuno, nos deleitaremos en el Señor y pasearemos por las alturas de la tierra (Is 58:14).
Teniendo en cuenta las glorias del ayuno, pensaríamos que todos estarían rogando a Dios por el permiso y el privilegio del ayuno. Sin embargo, muchos Cristianos ignoran la importancia del ayuno en el plan de Dios, y muchos no creen la palabra de Dios sobre el ayuno. Debemos ayunar por la fe, no por vista (2 Corintios 5:7). Cree, ama a Dios, obedécele; ayuna.
Oración: Padre, enséñame a orar y ayunar.
Promesa: "Los hombres deben considerarnos servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios." 1 Corintios 4:1
Alabanza: Aunque Alice debe llevar un tanque de oxígeno con ella el resto de su vida, nunca deja que esto le impida llevar a cabo sus tantos ministerios a la Iglesia y al pueblo de Dios.
Rescripto: †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 22 de junio de 2012
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.