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"Volvió, sin embargo, coronado como rey. Entonces mandó llamar a los siervos a quienes había dado el dinero, para saber qué beneficios había hecho cada uno." —Lucas 19:15
Hoy es la fiesta patronal de los Ministerios de Presentación. El pasaje de hoy del Evangelio resuena profundamente por nosotros. Nosotros como Ministerios de Presentación, voluntarios y gratuitos no recibimos paga. Dios nos ha dado muchos dones y talentos, en respuesta, los ofrecemos a Él sin costo (ver Mt 10:8). Porque queremos que todos tengan la oportunidad de recibir los materiales y servicios, a pesar de que puedan o no pagarlos (cf. Is 55:1), nos ofrecemos a trabajar para Jesús. A menudo esto se ha traducido en más conversiones, y por lo tanto más trabajo para nosotros (Lc 19:26). Alabado sea Jesús, que nos permite a todos a compartir en Su gloriosa obra de la conversión!
En el Ministerio de Presentación, hemos sido bendecidos con muchos hermanos y hermanas que trabajan duro y producen a cambio por Jesús. Sin embargo, no a todos esos el Señor llama a trabajar duro para Él. Imagina un empleado que recibe la formación y el salario y no hace nada durante un año. En su revisión de fin de año con el jefe, este empleado le dice al jefe: "Yo no logré nada durante todo el año. Pero tuve buen cuidado de los manuales de mi capacitación, los he guardado justo en frente de mi gabinete. Cada día, me sentaba tranquilamente en mi escritorio, temeroso de que pudiera cometer un error y hacerlo enojar. Usted ve, yo sé que mantiene a sus empleados a un alto nivel y tenía miedo de fracasar. "
Esta excusa es endeble, la excusa real es: "Señor, yo te tengo miedo a Ti." Jesús dice: "El miedo es inútil. Lo que se necesita es la confianza "(Mc 5:36). Si usted tiene miedo a trabajar para Jesús, ven a Él y confiésalo. El mismo deseo de trabajar para el Señor es un don de Él (Fil. 2:13), y Él estará encantado de otorgar este sobre ti. El Señor nos exhorta: "¡Ánimo...y trabaja!" (Hg 2:4)
Oración: Padre, ayúdame a servirte con alegría (Sal 100:2).
Promesa: "¡Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, Aquel que era, que es, y que será!" (Ap 4:8)
Alabanza: Ana y Joaquín expresaron su fe mediante la presentación de su hija, María, a los sacerdotes del Templo a la edad de tres años para servir a Dios.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro de nuestro equipo de redacción).
Rescripto: †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 13 de augusto de 2012
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