"el camino hacia la paz" (lc 19:42)
"Usted falló en el reconocimiento del tiempo de su visitación." —Lucas 19:44
El Rey Jesús, visitó el pueblo de Jerusalén. Ellos se negaron a aceptarlo como Rey y no descansaron hasta que fue clavado en una cruz. Negarse a aceptar a Jesús como el Rey tuvo consecuencias desastrosas. Pudieron haber tenido paz (Lc 19:42). En cambio, en el año 70 D.C., fueron rodeados por sus enemigos, los romanos, y Jerusalén fue destruida por completo (ver Lucas 19:43-44).
En el salmo de hoy, las personas se dan cuenta de la visita de su Rey, el Mesías. "Los hijos de Sión se regocijan por su Rey" (Sal. 149:2). Lo alaban y bailan en la celebración festiva (Sal 149:3). En lugar de estar rodeados por sus enemigos, se unen a sus enemigos en cadenas limpiándolos (Sal 149:6-9).
Nuestro enemigo es Satanás y su reino de las tinieblas (Efesios 6:12). Él nos ha rodeado con su cultura de la muerte. Él ha hecho estragos en nosotros, acabando con muchos millones de bebés en el útero, inundándonos con la perversión rampante y la impureza, eliminando la oración de las escuelas, lugares de trabajo, y con frecuencia en las iglesias, etc. El salmista proclama que la victoria sobre nuestro enemigo está dar la bienvenida abiertamente a Jesús como Rey. ¿Estamos en esta situación, porque hemos fallado en reconocer a Jesús como nuestro Rey?
En tres días, la Iglesia celebra la gran fiesta de Cristo Rey. En cinco semanas, celebramos la venida de Jesús en Navidad. El Rey Jesús está por venir. ¿Qué tipo de recepción le daremos?
Oración: Jesús, el León de Judá, te pido que rujas a través de mí.
Promesa: "El León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha ganado el derecho por su victoria a abrir el libro" (Ap 5:5).
Alabanza: Santa Cecilia "mantuvo el Evangelio de Cristo siempre cerca de su corazón, día o noche, ella nunca dejó de orar y hablar con Dios".
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro de nuestro equipo de redacción).
Rescripto: †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 13 de augusto de 2012
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