su nacimiento y nuestra muerte
"Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz" (Lucas 2:29).
Simeón le dijo al Señor, Su Maestro, que ahora que había visto a Jesús vivo, estaba listo para morir. Esto señala la conexión entre nuestra muerte y el nacimiento de Jesús. La Iglesia enfatiza esta conexión al celebrar la muerte de santo Tomás Becket hoy, los Santos Inocentes ayer y san Esteban el segundo día de Navidad.
El nacimiento de Jesús y nuestra muerte van juntas porque Jesús nos ha revelado que nuestra muerte es nacimiento a la vida eterna del cielo (ver Rom 6:8). La muerte no es el fin de la vida, sino el fin de las limitaciones terrenales sobre la vida. “Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí” (1 Co 13:12).
La muerte en Jesús es el nacimiento a la vida perfecta, una vida más grande de lo que podemos ver, oír o pensar (1 Co 2:9). Nuestra vida terrenal es comparable a estar en el útero. En el útero, somos verdaderamente seres humanos; podemos experimentar a Dios (ver Lc 1:41); podemos conocer el amor, nutrirnos y crecer. Empero cuando nacemos, se nos abre un mundo completamente nuevo. La muerte es el nacimiento por el cual somos transferidos del útero de la vida terrenal a la luz de la vida celestial. Sabemos esto porque conocemos la Vida misma, Jesucristo, el bebé nacido en Belén.
Oración: Padre, que no me aborte por el pecado.
Promesa: “Se disipan las tinieblas y ya brilla la verdadera luz" (1 Jn 2:8).
Alabanza: Santo Tomás estudió derecho y lo hicieron Canciller de Inglaterra. Como arzobispo de Canterbury, defendió a la Iglesia contra las innovaciones poco ortodoxas del rey Enrique II. Poco después, Enrique ordenó el asesinato de santo Tomás.
Referencia:
Rescripto: Según el Código de Derecho Canónico, se otorga el Nihil Obstat (no existe impedimento para publicar) a Un Pan, Un Cuerpo por el periodo 1 de diciembre de 2020 al 31 de enero de 2021. Otorgado el 29 de abril de 2020. Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.