despertar a la fe
"De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía" (Mateo 8:24).
A lo largo de los siglos, los padres de la Iglesia y los eruditos de las Escrituras han visto la barca del Evangelio como una representación de la Iglesia. En ocasiones, el barco se ve sacudido por violentas tormentas que amenazan con una destrucción inminente. A través de todo, Jesús está constantemente presente en la Iglesia, incluso cuando parece estar durmiendo (Mt 8:25).
En las últimas décadas, la tormenta de escándalos "ha inundado" a la Iglesia Católica en los Estados Unidos (Mt 8:24). Algunos "expertos" temen que como Iglesia "nos hundimos" (Mt 8:25). A esto, Jesús respondería: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?" (Mt 8:26) Por horrible que sea el escándalo, por trágicas las consecuencias para una víctima, por gravosa la mancha del escándalo para el clero y religiosos inocentes, Jesús sostiene que el problema es esencialmente el mismo que lo fue esa noche en la barca. Los discípulos naturalmente vieron el problema como el peligro inminente de la tormenta. Empero Jesús, al despertar, instantáneamente apuntó la crisis de fe. ¿Cuántos entre nosotros pensamos en la fe al primer despertar? ¡Jesús sí lo hace!
La fe en Jesús es la respuesta. Jesús es una Víctima inocente. En la sangre de Su cruz, Él tiene la respuesta para las víctimas (Col 1:20). Por sus llagas, las víctimas son curadas (1 Pe 2:24). Jesús sufrió la muerte de un criminal condenado y escandalizado y cargó con nuestra culpa. Él entiende e incluso perdona la falta. "Él no mantiene Su ira para siempre, porque ama la fidelidad" (Mi 7:18). Para el clero inocente considerado sospechoso, Jesús muestra el camino de mantener Su dignidad aun cuando se le señala erróneamente como "pecador" (Jn 9:24). Jesús reconcilia todas las cosas en Él mismo (Col 1:20). Jesús nos ordena: "No se inquieten. Crean en Dios y crean también en Mí" (Jn 14:1).
Oración: Señor, "auméntanos la fe" (Lc 17:5).
Promesa: "Levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma" (Mt 8:26).
Alabanza: El Padre Roberto perdonó al que lo acusó falsamente.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 12 de diciembre de 2018
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