Le preguntaron a Jesús: "¿Qué obra realizas?" (Jn 6:30) Jesús les respondió no diciendo lo que Él hacía, sino Quien era Él. Jesús les dijo: "Yo soy el pan de Vida" (Jn 6:35). La vida en Cristo no es principalmente lo que hacemos, sino quiénes somos en Jesús.

San Esteban fue un trabajador muy exitoso. Se hizo cargo de una posición administrativa cargada de dificultades y resolvió el problema con éxito (ver Hch 6:1ss). Él estaba aún más dotado para predicar y evangelizar. Sin embargo, Esteban no estaba preocupado principalmente por continuar su buen trabajo. Su prioridad era ser un discípulo del Señor, incluso si eso significaba que su obra en la tierra debía terminar cuando Esteban se convirtió en el primer mártir cristiano.

Cuando hacemos hincapié en quiénes somos más que en lo que hacemos, no hacemos que nuestro trabajo sea menos importante, sino más importante. El trabajo que expresa quiénes somos en Cristo es la obra más importante del mundo. Cuando nos enfocamos en ser hijos de Dios, somos trabajadores de Dios en un sentido increíble.

En esta temporada de Pascua, que nuestro trabajo resurja de la muerte del orgullo, el egoísmo y la codicia. Que trabajemos por quienes somos en el Cristo resucitado.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 23 de enero de 2019

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