¿una semana hace la diferencia?
"Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús" (Juan 20:26).
La octava de la primera Pascua fue decepcionante y sin incidentes para los apóstoles. En la noche del día de la resurrección de Jesús, Jesús envió a Sus apóstoles a proclamar Su Evangelio (Jn 20:21), pero ocho días después todavía estaban paralizados por el miedo y detrás de las puertas cerradas (ver Jn 20:26). Tomás, que no estuvo presente una semana antes, no creía que Jesús había resucitado de entre los muertos. Quizás, esto se debe a que Tomás no vio ningún cambio en el estilo de vida de aquellos que habían visto a Jesús resucitado. Sin embargo, el Señor tuvo misericordia de los apóstoles después de que le fueron infieles tantas veces. Llegó a ellos una vez más e incluso estuvo dispuesto a someterse a que Tomás tocara sus heridas (Jn 20:27).
Tal vez la octava de Pascua ha sido decepcionante para ti también. Puede que hayas pecado contra el Señor resucitado. Más fácil ocultas que revelas la Resurrección de Jesús. Sin embargo, Jesús viene a ti una vez más con rayos de misericordia provenientes de su corazón herido.
Jesús nos da misericordia principalmente al mandarnos a "recibir el Espíritu Santo" (Jn 20:22) y un nuevo Pentecostés. El Espíritu Santo es "el Espíritu de la Verdad" (Jn 16:13). Él nos hará fieles al Señor y no infieles. El Espíritu Santo producirá en nosotros el fruto del amor (Gál 5:22), y detendremos nuestro rechazo pecaminoso del Señor y nuestra desobediencia a Él. Por la misericordia de Jesús y el poder del Espíritu Santo, seremos testigos del Cristo resucitado y verdaderamente celebraremos la Pascua. "Señor ten piedad. ¡Ven, Espíritu Santo!"
Oración: Padre, haz de este domingo de Divina Misericordia uno de los días más importantes de mi vida debido a mi amor por ti.
Promesa: "Aumentaba cada vez más el número de los que creían en el Señor, tanto hombres como mujeres" (Hch 5:14).
Alabanza: Alabado sea Jesús, resucitado de los muertos. "Este es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en Él" (Sal 118:24).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 23 de enero de 2019
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