uno, dos, tres strikes y quedas fuera…
"No podemos callar lo que hemos visto y oído" (Hechos 4:20).
Los apóstoles no le creyeron a María Magdalena. Entonces cuando los dos discípulos que regresaron del camino de Emaus, anunciaron la Resurrección de Jesús, "tampoco les creyeron como no le habían creído a María Magdalena" (Mc 16:13). Finalmente, Jesús "se les apareció a los Once" y "les reprochó su incredulidad y su obstinación porque no habían creído a quienes lo habían visto resucitado" (Mc 16:14).
Nuestra misión es ser testigos de la Resurrección de Jesús. Si otros rehúsan una y otra vez a escucharnos, el mismo Jesús se entenderá con ellos. Si nuestra proclamación falla dos veces, Jesús se hará cargo de que la tercera vez resulte exitosa. Por ejemplo, Pedro y Juan testificaron a los Judíos de la Sinagoga por lo menos en dos ocasiones (Hch 4:5ss; 5:17ss). Finalmente, hemos oído "que hubo muchos sacerdotes abrazaban la fe" (Hch 6:7). Jesús se hizo cargo del apostolado de Pedro y Juan. Por otra parte, Tomás había oído hablar de la Resurrección por los apóstoles y por María Magdalena. Entonces Jesús se apareció en persona para transformar la duda de Tomás, en verdadera fe (Jn 20:27).
A menudo, debemos dar los dos primeros lanzamientos, para que Jesús haga Su toque final. ¡El Señor ha resucitado! Él está listo para venir al montículo para hacer el lanzamiento final, si nos disponemos a abrir la estación Pascual, proclamando "la Buena Noticia a toda la creación" (Mc 16:15).
Oración: Jesús, Resucitado, has que yo testifique continuamente sobre Ti, pase lo que pase, sabiendo que Tú estás conmigo, ayudándome.
Promesa: "Los miembros del Sanedrín estaban asombrados de la seguridad con que Pedro y Juan hablaban, a pesar de ser personas poco instruidas y sin cultura. Reconocieron que ellos eran los que habían acompañado a Jesús" (Hch 4:13).
Alabanza: Sara continuó orando, amando y testificando hasta que sus hijos regresaron al amor de Jesús y su Iglesia.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 23 de enero de 2019
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