clavando la misericordia
"Abisai dijo a David: 'Dios ha puesto a tu enemigo en tus manos. Déjame clavarlo en tierra con la lanza, de una sola vez' " (1 Samuel 26:8).
Abisai le dio a David la tradicional "sabiduría de la guerra", es decir: "Mata, clava y lanza a los enemigos antes de que te lo hagan a ti primero". En otras palabras, "haz a los demás antes que te lo hagan a ti". David sorprendentemente rechazó el consejo normal de Abisai (1 Sm 26:9). En esto, prefiguró a Jesús, el Hijo de David.
Jesús no solo habló de tener misericordia con nuestros enemigos. Él pagó el precio de la misericordia asumiendo los justos castigos que Sus enemigos merecían. En lugar de clavar a Sus enemigos a la tierra (ver 1 Sm 26:8), permitió que Sus enemigos lo clavaran en la cruz. En lugar de empujar una lanza contra Sus enemigos, les permitió empujar una lanza en Su costado (ver Jn 19:34). Jesús sabe que tratar a los enemigos culpables con misericordia sería injusto. Entonces Él cumplió la justicia por amor a Sus enemigos al pagar el precio por la misericordia en el Calvario.
Por lo tanto, "amen a sus enemigos, hagan el bien" (Lc 6:35). "Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados" (Lc 6:36-37).
Oración: Jesús, que pueda recibir y dar Tu preciosa y crucificada misericordia.
Promesa: "Den, y se les dará" (Lc 6:38).
Alabanza: Alabado sea Jesucristo, el resucitado Rey de la Gloria. ¡Aleluya!
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 16 de julio de 2018
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