¿brazos abiertos?
Jesús "dijo: 'Efatá', que significa: 'Ábrete'" (Marcos 7:34).
Cuando Adán y Eva pecaron, fueron expulsados del Paraíso, y la puerta del Paraíso fue cerrada (Gn 3:23-24). Los seres humanos entonces comenzaron a estar cerrados a Dios y el uno al otro (ver Gn 3: 8ss). Después del primer pecado, la muerte entró en el mundo y nos aisló de la felicidad de la vida eterna. Durante los siglos que siguieron al primer pecado, más y más vidas fueron cerradas por los efectos progresivos del pecado, como la guerra, la enfermedad, el hambre, el racismo y la violencia.
Entonces Dios se hizo Hombre y caminó en este mundo cerrado para abrirlo completamente a Dios. Jesús "levantando los ojos al cielo, suspiró y dijo: 'Efatá' (Es decir, '¡Ábrete!')" para curar a un sordo (Mc 7:34). Este es un ejemplo de lo que hizo Jesús a lo largo de su ministerio público. Finalmente emitió el último gemido en la cruz y abrió la salvación al mundo entero (ver Mt 27:50-53).
Jesús está llamando a la puerta (Ap 3:20). Si te abres a Él, Él te abrirá a la vida eterna y al amor. "¡Abre de par en par las puertas a Jesús!" (Mensaje del Gran Jubileo del año 2000 del Papa San Juan Pablo II)
Oración: Padre, me arrepiento de estar cerrado a Tu voluntad. Te abro completamente mi corazón (ver 2 Co 6:11, 13).
Promesa: "En el colmo de la admiración, decían: 'Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos'" (Mc 7:37).
Alabanza: Jorge dejó de dividir su vida y permitió que Jesús integrara su señorío sobre su trabajo, familia y culto.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 16 de julio de 2018
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