solo tú
"Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por Mí y por la Buena Noticia, la salvará" (Marcos 8:35).
La primera pregunta de Jesús a sus discípulos no fue "¿Quién dices tú que soy Yo?" (Mc 8:29) Jesús se sintió obligado a introducir la gran pregunta con otra: "¿Quién dice la gente que soy Yo?" (Mc 8:27) Intencionalmente Él quiso contrastar lo que otros dicen y lo que decimos individualmente.
Cuando damos nuestras vidas a Jesús, tomamos una decisión personal e individual. Se dice que: "Dios no tiene nietos". Eso significa que todos estamos llamados a tener una relación directa con Él. No podemos vivir de lo que nuestros padres, madres, pastores o maestros nos dijeron. Debemos conocer a Jesús personalmente, no solamente saber acerca de Él. Debemos de tener nuestra propia fe, y no la de los demás.
Como individuos, "tendremos que comparecer ante el Tribunal de Dios" (Rom 14:10), no importa si somos mejores o peores. Dios no compara a Sus hijos. Cada uno de nosotros vive, muere y es juzgado con base en nuestra respuesta individual a la gracia de Dios. La pregunta de Jesús permanece: "¿Quién dices tú que soy Yo?".
Oración: Jesús, me arrepiento de mis pecados. Perdóname, ven a mi corazón, toma el control de mi vida. Lléname con Tu Espíritu. Tú eres mi Señor.
Promesa: "Cada mañana, Él despierta mi oído para que yo escuche como un discípulo. El Señor abrió mi oído y yo no me resistí ni me volví atrás" (Is 50:4-5).
Alabanza: Alabado seas, Jesús resucitado, Dios de perdón, misericordia y amor.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de enero de 2018
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