creando a dios a nuestra imagen
"Llamó a sus servidores y les confió sus bienes… a cada uno según su capacidad" (Mateo 25:14-15).
El siervo que recibió un talento de plata fue condenado porque no usó lo que había recibido para obtener más (Mt 25:26ss). Al decir que tenía miedo de su amo, el siervo trató de justificarse escondiendo el dinero en lugar de usarlo (Mt 25:25). Luego, trató de justificar su miedo afirmando que su amo era "un hombre exigente", que buscaba cosechar donde no sembró (Mt 25:24).
Empero, los hechos son que el maestro había sembrado cinco talentos, dos talentos y un talento de plata. En esta ocasión, no esperaba nada más que algo más de lo que había sembrado. Además, el amo felicitó a sus dos sirvientes provechosos. Él los promovió y los invitó a compartir su alegría (Mt 25:21-23). No parecía ser "un hombre exigente" para aquellos que cumplieron con su trabajo.
Cuando servimos mal al Señor, a menudo proyectamos nuestra propia imagen deformada sobre Dios. Cuando vemos y amamos al Señor tal como Él realmente es, lo serviremos como Él merece ser servido. Ama a Dios; sirve a Dios.
Oración: Padre, hazme un buen esclavo Tuyo. Que te sirva de buena gana (Sal 100:2).
Promesa: "Dios eligió lo que el mundo tiene por necio, para confundir a los sabios; lo que el mundo tiene por débil, para confundir a los fuertes; lo que es vil y despreciable y lo que no vale nada, para aniquilar a lo que vale" (1 Co 1:27-28).
Alabanza: Roberto sirve alegremente de voluntario en una despensa de alimentos, para alimentar a los pobres y mostrarles el amor de Cristo.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de enero de 2018
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