buenas noticias, no malas
"Jesús, sin tener en cuenta esas palabras" (Marcos 5:36).<br>"Él hizo salir a todos" (Marcos 5:40).
Jesús se negó a escuchar la interpretación de la humanidad acerca de un acontecimiento. Apartó a los opositores de la habitación. Ignoró la noticia en la que se le informaba de la muerte de una niña. Jesús vio más allá de lo externo y miró el corazón de la situación (ver 1 Sm 16:7).
Al igual que Jesús, rehúsa a permitir que los mensajeros del mundo te alimenten con lo que consideran de interés periodístico. Más bien, haz de la Buena Nueva tu hogar (Jn 8:31-32). No dejes que las malas noticias de este mundo reportadas por los conglomerados de mega medios te formen y te moldeen. Sé formado y transformado por el Evangelio, las Buenas Nuevas. Luego, construye el mundo por medio de tu vida transformada.
Transforma las malas noticias en la Buena Nueva orando las noticias. Jesús pasó mucho más tiempo escuchando a Su Padre que a los comunicadores. Debemos hacer lo mismo. Sumérgete en los Evangelios y "cree en la Buena Noticia" (ver Mc 1:14-15).
Oración: Padre, que yo pueda fijar los ojos constantemente en Jesús (Heb 3:1; 12:2).
Promesa: "Tú convertiste mi lamento en júbilo, me quitaste el luto y me vestiste de fiesta" (Sal 30:12).
Alabanza: ¡Alabemos a Jesús resucitado, el único Camino al Padre (Jn 14:6) y Aquel que nos bautiza en el Espíritu! (Mc 1:8)
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de diciembre de 2017.
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