un llanto que limpia
"Reconozcan su miseria con dolor y con lágrimas" (Santiago 4:9).
"Hay un tiempo para todo" (Ecl 3:1), incluso un "tiempo para llorar" (Ecl 3:4). Debido a la pandemia del pecado sin arrepentimiento, ahora es el momento de llorar. Que nuestra "alegría se transforme en llanto" (Stg 4:9). El Señor, por medio de Su Iglesia, nos ordenará nuevamente: "Pero aún ahora –oráculo del Señor– vuelvan a Mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos" (Jl 2:12). Puede haber esperanza en las lágrimas, porque la tristeza por amor de Dios "produce un arrepentimiento que lleva a la salvación y no se debe lamentar; en cambio, la tristeza del mundo produce la muerte" (2 Co 7:10). "Los que siembran entre lágrimas cosecharán entre canciones" (Sal 126:5), porque "de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse" (Lc 15:7).
Hoy, hagamos actos de contrición, es decir, actos de dolor y odio por el pecado. Puede haber esperanza en el llanto. Llora como Jesús lloró (ver Lc 19:41).
Oración: Padre, que pueda ver el pecado como Tú lo haces.
Promesa: "El que recibe a uno de estos pequeños en Mi Nombre, me recibe a Mí" (Mc 9:37).
Alabanza: Santa Rita perdió a su esposo y a sus hijos. Entregando su vida a Jesús, ella le sirvió como una hermana religiosa.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 11 de octubre de 2017.
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