último, el pasado, ahora y después
"Y ahora, como encadenado por el Espíritu, voy a Jerusalén sin saber lo que me sucederá allí" (Hechos 20:22).
San Pablo se unió con los líderes de la iglesia de Efeso por última vez. Jamás verían su rostro (Hch 20:25). Cada uno de nosotros regularmente vemos a personas por última vez. Bajo estas circunstancias, ¿podemos decir lo que dijo Pablo? ¿Podemos decir que hemos "dicho la verdad, toda la verdad, y solamente la verdad"? (ver Hch 20:20, 27) ¿Nos hemos convertido "a Dios y a creer en nuestro Señor Jesús"? (Hch 20:21) ¿Hemos vivido y servido en un modo humilde? (Hch 20:18-19) ¿Hemos predicado el Reino de Dios? (Hch 20:25)
La mayoría de nosotros no podemos hacer nuestras despedidas y mantener que nos hemos comportado como Pablo. Tenemos que arrepentirnos. El Espíritu nos ayuda probándonos acerca de lo incorrecto del pecado, la justicia y la condenación (Jn 16:8ss). Además, el Espíritu, nos da el poder de ser testigos de Jesús a los que no hemos visto por última vez en este mundo. El Espíritu Santo repara el pasado, llena el presente y cumple el futuro. ¡Ven Espíritu Santo!
Oración: Padre, por el Espíritu cambia mis arrepentimientos en agradecimientos y mis temores en gozo.
Promesa: "Esta es la Vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo" (Jn 17:3).
Alabanza: San Isidro fue bendecido con visiones del cielo y con visitas de ángeles.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 11 de octubre de 2017.
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