el día largo y extraño
"En el bautismo, ustedes fueron sepultados con Él, y con Él resucitaron, por la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos" (Colosenses 2:12).
Hoy puede ser el día más extraño del año. Ayer, durante todo el día, no pudimos experimentar la presencia plena, sustancial, entera y total de Dios en el Jesús eucarístico (ver Catecismo, 1374), porque la Eucaristía no estaba en nuestras iglesias después de haber recibido ayer la Sagrada Comunión. Sin embargo, se nos permitió recibir la Sagrada Comunión. Durante el día de hoy ni siquiera podemos recibir la Comunión. Algo falta. Falta la presencia más intensa de Dios en la tierra.
Si comulgas diariamente, debes saber lo que quiero decir. Hay un viejo dicho: "Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde". Hoy los que aman la Eucaristía llegarán a apreciar más profundamente el don que el Señor nos da en Sí mismo, la Eucaristía.
El sábado santo puede ser no solo el día más extraño sino el más largo del año. El tiempo no parece pasar rápidamente en el vacío. Sin embargo, a menos que Jesús regrese primero, la Vigilia de Pascua vendrá misericordiosamente esta noche. ¡Ven, eucarístico y resucitado Señor Jesús!
Oración: Jesús, "Vale más un día en tus atrios que mil en otra parte" (Sal 84:11).
Promesa: (Ninguna)
Alabanza: (Ninguna)
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 29 de noviembre de 2017.
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