cuando algo no es mejor que nada
"Yo voy a desgarrar el reino que Salomón tiene en su mano, y te daré las diez tribus. Una sola tribu será para él" (1 Reyes 11:31-32).
Salomón era la persona más sabia que había existido (1 Re 3:12). Salomón comprobó su sabiduría excepcional al resolver la disputa entre dos prostitutas, donde cada una decía ser la madre de un bebé. Cuando Salomón estaba a punto de partir al bebé a la mitad, la mujer que negó al bebé como suyo para que fuera dado a la otra mujer, fue reconocida como la verdadera madre (1 Re 3:26-27). Ella prefirió perder al bebé en lugar de quedarse con la mitad del mismo.
Más tarde, el reino de Salomón fue dividido (1 Re 11:31). La gente argumentaba diciendo que tener una parte del reino era mejor que no tener nada. Pero Jesús dijo: "Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra" (Lc 11:17).
El cuerpo de Cristo hoy ha sido rasgado y dividido en piezas. Tenemos un mundo con divisiones étnicas y nacionales. Muchas de nuestras iglesias, matrimonios y familias están divididos, divorciados, rotos y en pedazos. Muy pocos están alarmados por la fragmentación de nuestro mundo. Muchos piensan que por lo menos tienen algo. Sin embargo, ¿será que nuestra desunión no solo es privación, sino también destrucción?
Oración: Padre, sana las divisiones por medio de la intercesión de nuestra santa Madre.
Promesa: "Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos" (Mc 7:37).
Alabanza: María y Felipe se ofrecieron de voluntarios para trabajar en la preparación matrimonial en su parroquia. Ellos deseaban construir matrimonios y familias fuertes en el amor santo de Jesús y María.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 29 de noviembre de 2017.
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