ayuna por la cristiandad
"Reconstruirás las ruinas antiguas, restaurarás los cimientos seculares, y te llamarán 'Reparador de brechas', 'Restaurador de moradas en ruinas'" (Isaías 58:12).
Si ayunamos esta Cuaresma de una manera agradable al Señor (ver Is 58:3-6), veremos al Señor hacer muchos milagros. Por ejemplo, la luz se alzará para nosotros en la oscuridad (Is 58:10). El Señor nos guiará siempre y nos "...saciará en los ardores del desierto" (Is 58:11). Él renovará nuestra fuerza (Is 58:11) y hará muchos otros milagros. Los milagros nos llevarán a uno de los milagros más grandes que el Señor hará por medio de nuestra fe y ayuno. "Reconstruirás las ruinas antiguas, restaurarás los cimientos seculares" (Is 58:12).
En el pasado, el Señor ha edificado algunas grandes obras en el Espíritu. Muchas de estas obras han sido denominadas "Cristiandad", toda una sociedad centrada en Cristo. Sin embargo, la Cristiandad ha estado en ruinas durante siglos. Podemos leer un poco sobre esto y suponer lo glorioso que era, pero nunca hemos visto nada parecido. Sin embargo, el Señor promete que, mientras ayunamos fielmente, veremos las ruinas reconstruidas. Posiblemente en este tercer milenio, veremos levantados los antiguos cimientos de la Cristiandad (ver Is 58:12). Ya no estaremos bajo la maldición de una aberración fragmentada del Cristianismo. Nuestra fe y nuestra vida serán la misma cosa.
Ayuna para la construcción del reino de Dios proclamado por Jesús.
Oración: Padre, bajo la acción iluminada del Espíritu Santo, danos una nueva primavera de vida cristiana (ver Hacia el Tercer Milenio, Papa san Juan Pablo II, 18).
Promesa: Jesús "vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: 'Sígueme'. Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió" (Lc 5:27-28).
Alabanza: Los Servitas se retiraron de las cosas del mundo para alabar a Dios y vivir por Él para hacer vivos los valores del Evangelio.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 29 de noviembre de 2017.
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